Os propongo un acertijo. Como pieza cuasi arqueológica de los antiguos estudios fotográficos que hubo en Granada en el último tercio del siglo XIX nos queda éste que vemos en la foto. Corresponde a la tercera planta de un muy céntrico edificio y su galería acristalada situada en la terraza.
Era lo normal en esa época que los estudios estuvieran en la parte más alta de edificios relevantes y modernos de la ciudad. Muchas veces eran en las propias azoteas las que se acondicionaban instalando unos muros de cristal, para así poder aprovechar durante el mayor tiempo posible la luz solar. Mediante cortinas verticales y otras colocadas a modo de toldos interiormente era posible controlar esa luz.
Lo malo era, muchas veces, que los sufridos clientes necesitaran un descanso antes de iniciar la sesión fotográfica. Tener que subir tantos peldaños sería un suplicio, por otro lado inevitable al no haber todavía ascensor, que a más de uno haría desistir de dejar un retrato como recuerdo a sus descendientes.
En su estudio, el fotógrafo crearía, a base de mobiliario, el ambiente oportuno para el relleno en sus retratos que, en este estudio tan pequeño, seguramente sólo consistiría en fondos de tela pintados.
Para más pistas, he de decir que el fotógrafo del que hablo se llamaba José Camino, y que con anterioridad estuvo realizando su actividad en lo más alto de un edificio que estaba ubicado en el solar de Puerta Real en el que luego se construiría Correos, como vemos en la otra imagen que, por supuesto, es más fácil de ubicar.